Friday, July 21, 2006

Un familiar me ha enviado este magnífico Poema de Beirut, de Mahmud Darwish, cuyo final es sorprendente. Fue escrito originalmente en 1984, del libro ASEDIO A LOS PANEGÍRICOS DEL MAR, pero dada la actual invasión de Israel hacia Palestina y el Líbano, hoy cobra mayor urgencia y vigencia. Puedes leer el texto entero pinchando aquí.

"Beirut, azucena de escombros
y primer beso. Panegírico de lilas. Abrigo para el mar y los muertos,
techo para los astros y las jaimas,
poema de piedra, encuentro de dos alondras ocultas en un pecho...
Cielo amargo sentado, pensativo, en una piedra,
rosa sonora, Beirut, voz decisiva entre la víctima y el sable.
Y un niño, perdido en todas las tablas de las leyes
y en los espejos,
que se ha dormido".

pd. En la foto, Beirut bombardeada por las tropas israelitas.


Sentados en la mesita del bar Moguereño, Silvia Delgado contempla el énfasis de Enrique Cabezón. Cada uno supo dejar una huella dactilar en nuestros afectos, una firma específica que no encuentro otra manera de poner en evidencia (son esas cosas que no requieren que se expliquen demasiado) más que con sus propios poemas. Los títulos de sus libros, muy diferentes entre sí, dialogan, desde un paralelismo negativo unido por un símbolo. Las lágrimas. O el llanto. El de Silvia se llama No está prohibido llorar con los supervivientes, y el de Enrique, No busques lágrimas en el ojo del muerto.

Del primero (Fragmento)

Avanza, pues, el agua salobre.
Con su lengua ataca,
espera en la retaguardia
afilando su nombre y su apeliido
el que mercadea con genes
para patentar la vida.

Como un collar de cuentas roto,
las perlas van a la deriva
y desde aquí, indiferentes,
observamos a la tierra
apoyando los codos en ella
como si nada ocurriera.

Del segundo, (Fragmento)

el orto se sumerge en el azogue difuso
la metamorfosis sucede y la alquimia del tiempo
hará que no te reconozcas en el espejo / inútil pues
la presumible higiene modulada de entonces

para quien no tiene qué esconder / la miseria
ha terminado por presentar al nuevo Dorian Gray
que te mira cuando le miras y mira
el rumor de hojas maquinalmente repetido

ojalá el poema me ayude a respirar y arder.



PD. La foto de la derecha corresponde al Hostal -¿cómo se llamaba?- donde nos alojábamos con Manu, KB, Silvia, Begoña, y no sé quién más. La puerta de arriba, la que está en el ángulo superior derecho, de frente, era la de nuestra habitación. Tenía un encanto especial (más allá del ruido de la reforma), sobre todo ese día, ropa colgada, calcetines, toallas, el hibiscus naranja, las tejas rotas y chuecas, las casas que se ven más atrás.

Monday, July 10, 2006


Hemos regresado de Moguer, ciudad natal de Juan Ramón Jiménez -siempre presente de alguna manera en todos los eventos- blanca y caliente bordeando la marisma. Imposible resumir de una sola vez la intensidad de voces conflictivas y críticas en este 8º encuentro de poetas, Voces del Extremo, si nos topamos primero, con su lema "poesía y vida", y si nos damos cuenta, por otra parte, de toda la poesía y vida que se dio cita allí. Esto último lo digo por el hecho de citar, glosar otras voces; y luego, por juntarse todas, como enamoradas de una misma causa. Y no sólo voces, sino que también sujetos, "trabajadores" de la palabra sin más vanidad -eso espero o eso me gustaría- que el reconocerse parte de esa clase: es decir, con esa conciencia y con ese espíritu solidario que caracteriza un encuentro. También es imposible no reconocer afectos más específicos dentro de ese gran contexto afectivo y crítico: la agudeza y simpatía del "monumental" Enrique Cabezón; la risa y ternura maternal de Begoña Abad; Silvia Delgado, estuvo con nosotros para intentar solucionar el mundo; junto con Ernesto Suárez, con tranquilidad, hablábamos de Canarias, de crítica y poesía; Antonio Orihuela, hermano mayor (sin ser Gran Hermano), nos dio desde el primer momento su apoyo y uno de los abrazos más limpios y entregados que he sentido; Ignacio Escuín, desde Zaragoza, nos proporcionó su amistad y la posibilidad de hacer red; Lucas Rodríguez Luis, de mirada trasparente y amena, nos hizo sentirnos amigos de él de toda la vida al ritmo mágico de su didgeridoo; la sonrisa de Bernado Santos Ramos estuvo ahí; Quique Falcón, Raquel y Juan, lograron que nos hiciéramos sentir verdaderamente en familia; Antonio Rigo y Emilio nos acompañaron con su conversación acerca de poemas, Li po y otras hierbas; con l@s chic@s de la Congregación Telepoiética nos hartamos gustosamente de hablar de política y al final me hicieron llorar con su abrazo y amistad; José Manuel Alfaro, salía del trabajo para acompañarnos durante las tardes y las noches; Carmen Beltrán llegó al final, y su poema de la "abuela" aún me suena en la cabeza. Temo decir que estuvimos "ahítos" de comer -me enfermé el último día de la "guata" debido a los múltiples excesos, brebajes y trasnochadas- so pena de que se nos acuse de burgueses. Probablemente esto sea un peligro más cercano de lo que creemos. Algunos se fueron a la playa. Otros nos quedamos en Moguer, durmiendo la siesta las horas de máximo calor. No hubo debate formal pero sí informal. Hubo cante flamenco que nos hizo erizar los pelos. Como dice Walter Benjamin, quizás reivindicamos la ebriedad para conseguir la Revolución. Y quizás el primer paso, (en este caso es el octavo) fue eso: encontrarnos, reconocernos, ver qué pasa.


pd. Intento subir imágenes pero no me deja. Espero que sea un fallo temporal.

pd2. Hoy es 21 de julio y recién he podido subir alguna foto, luego de que este sistema no me lo permitiera. ¿Tan peligrosos somos?. En Orden, de aparición, de derecha a izquierda. Enrique KBzón, Manuel Gutiérrez junto a Begoña Abad; Ernesto Suárez junto Antonio Orihuela: finalmente, Silvia Delgado y Ana Toledano. De más está decir que hacía mucho calor.