Cambiar el Mundo
"Soy masculino o femenino o transexual, trabajador sindicado frente a mi patrón, comunista frente a la burguesía, judío delante de un antisemita, antisionista ante un sionista, sefardí ante askenazí, ciudadano francés nacido en Occitania..., y así, sin fin. Todas estas determinaciones se combinan. Sus respectivas intensidades se desplazan en función de situaciones concretas y del conflicto dominante que les caracteriza. Pero ¿qué hacer para este sujeto múltiple no termine por desmigarse o trocearse?... Durante los años de euforia neoliberal, mientras que los chicos de oro (golden boys) y la nueva economía estaban de moda, la condición obrera se había vuelto un signo de fracaso social. Las ciencias humanas universitarias se interesaron por la marginalidad y la exclusión, pero no por el trabajador y el trabajo. Incluso los dirigentes sindicales cedieron ante cierto tipo de indefinición: no hablaban de trabajadores obreros o empleados, sino de 'gentes', nebulosa social flotante y polen de individuos sin cualidades".
Daniel Bensaïd
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Sunday, September 19, 2010
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2 comments:
Pedro querido, gracias por traer a este autor, desconocido para mí. El extracto parece casi una declaración de principios; habrá que ver si resiste en otro nivel, pero el anticipo es promisorio. Un enlace entre Marx y Deleuze, que no acepta como dado el desmigamiento del sujeto.
De todas formas, no creo que haya que cerrar filas o bien hacia la "clase obrera" o bien hacia los marginales, como si no pudieran pensarse precismente como resultantes heterogéneas del capitalismo. Hay que pensar, precisamente, en esa pluralidad de identidades que se sobredeterminan: identidades de clase (olvidadas, es cierto, por el postmodernismo), de orientación sexual, de género, de edad, etc., se articulan en un sujeto y eso mismo también explica ciertas escisiones presentes en cada uno. Ninguna armonía previa...
En fin, todo ésto es un nudo del que deberemos seguir tirando. Mientras, apunto al autor.
Va un fuerte abrazo,
Arturo
Arturo, intenta pillarte el libro Cambiar el Mundo, de él, que estaba en la colección que te dije el otro día. Yo creo que aguanta muchas más lecturas y otros tantos análisis. BESOS.
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