Monday, July 10, 2006


Hemos regresado de Moguer, ciudad natal de Juan Ramón Jiménez -siempre presente de alguna manera en todos los eventos- blanca y caliente bordeando la marisma. Imposible resumir de una sola vez la intensidad de voces conflictivas y críticas en este 8º encuentro de poetas, Voces del Extremo, si nos topamos primero, con su lema "poesía y vida", y si nos damos cuenta, por otra parte, de toda la poesía y vida que se dio cita allí. Esto último lo digo por el hecho de citar, glosar otras voces; y luego, por juntarse todas, como enamoradas de una misma causa. Y no sólo voces, sino que también sujetos, "trabajadores" de la palabra sin más vanidad -eso espero o eso me gustaría- que el reconocerse parte de esa clase: es decir, con esa conciencia y con ese espíritu solidario que caracteriza un encuentro. También es imposible no reconocer afectos más específicos dentro de ese gran contexto afectivo y crítico: la agudeza y simpatía del "monumental" Enrique Cabezón; la risa y ternura maternal de Begoña Abad; Silvia Delgado, estuvo con nosotros para intentar solucionar el mundo; junto con Ernesto Suárez, con tranquilidad, hablábamos de Canarias, de crítica y poesía; Antonio Orihuela, hermano mayor (sin ser Gran Hermano), nos dio desde el primer momento su apoyo y uno de los abrazos más limpios y entregados que he sentido; Ignacio Escuín, desde Zaragoza, nos proporcionó su amistad y la posibilidad de hacer red; Lucas Rodríguez Luis, de mirada trasparente y amena, nos hizo sentirnos amigos de él de toda la vida al ritmo mágico de su didgeridoo; la sonrisa de Bernado Santos Ramos estuvo ahí; Quique Falcón, Raquel y Juan, lograron que nos hiciéramos sentir verdaderamente en familia; Antonio Rigo y Emilio nos acompañaron con su conversación acerca de poemas, Li po y otras hierbas; con l@s chic@s de la Congregación Telepoiética nos hartamos gustosamente de hablar de política y al final me hicieron llorar con su abrazo y amistad; José Manuel Alfaro, salía del trabajo para acompañarnos durante las tardes y las noches; Carmen Beltrán llegó al final, y su poema de la "abuela" aún me suena en la cabeza. Temo decir que estuvimos "ahítos" de comer -me enfermé el último día de la "guata" debido a los múltiples excesos, brebajes y trasnochadas- so pena de que se nos acuse de burgueses. Probablemente esto sea un peligro más cercano de lo que creemos. Algunos se fueron a la playa. Otros nos quedamos en Moguer, durmiendo la siesta las horas de máximo calor. No hubo debate formal pero sí informal. Hubo cante flamenco que nos hizo erizar los pelos. Como dice Walter Benjamin, quizás reivindicamos la ebriedad para conseguir la Revolución. Y quizás el primer paso, (en este caso es el octavo) fue eso: encontrarnos, reconocernos, ver qué pasa.


pd. Intento subir imágenes pero no me deja. Espero que sea un fallo temporal.

pd2. Hoy es 21 de julio y recién he podido subir alguna foto, luego de que este sistema no me lo permitiera. ¿Tan peligrosos somos?. En Orden, de aparición, de derecha a izquierda. Enrique KBzón, Manuel Gutiérrez junto a Begoña Abad; Ernesto Suárez junto Antonio Orihuela: finalmente, Silvia Delgado y Ana Toledano. De más está decir que hacía mucho calor.

5 comments:

Leonardo said...

que buena. reivindicar la ebriedad para conseguir la revolución, ademas con gente talentosa mejor. bueno muchso saludos señor-

Anonymous said...

Ei, tu recital estuvo pero que muy bien.

Desde Logroño te lo digo, y con amor.

Anonymous said...

Hola Pedro!

Un abrazo fuerte desde Logroño (otro, que sé que Enrique también te manda)

Un gustazo conoceros, aunque sólo fuera un ratito.

Carmen

Pedro Montealegre said...

kb, carmen: pues intento no perderles de vista sin marearles.

Sergio said...

mi querido pedro, pues no, no ha llegado el libro, estoy muy apenado, no sé que decirte, sólo lo típico: correos mexicanos es una monserga. ¿Ya le llegó a Luis Antonio a Madrid? ¿Qué se te ocurre que ahagamos?

Un fuerte abrazo,

stp