
Poema de Transversal
(búsquelo, pídalo.. :P )
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ÉRAMOS TAN FRÁGILES: no cabíamos en la mención de la palabra cuerpo –sobre nosotros– aire
reconociéndose innato al pulmón que lo respira. Hijo mío, hijo mío: si respiras al fondo
tu miseria, contigo, quedará perpetuada. Si aspiras muy lejos, dióxido de carbono
en forma de ángel preguntará: ¿quién soy yo?: y sin miedo responderás: esta misma figura
llamada Vacío. Sin nombre tatuada, reconocida milagro, muerte de cada día, flujo, fasto
abandonado en la acera. Flor sombría de la hora: heme aquí y estoy vivo. Cancerbero, ven
con tu moneda de oro. Ven y dime: oro mío, oro mío: multiplícate: sean peces y alondras,
sean nácares o espinas, los que me hagan llorar. No sea tu imagen, quemada en la vía.
No sea tu poema, derrotado como yo. Tan frágiles y célibes, oculto miedo que me talas.
Soy yo, soy yo, gritas a los viandantes: es la hora de la purgación. Pequeño hijo de perra,
pequeño hijo de gacela dominada por el terror, pequeño hijo de hiena y de cerda y de loba:
éste es tu hijo, padre mío, ¿qué has hecho? Éste es tu hermano enterrado en la playa.
Éste es tu texto, chamuscado en mi omóplato. No fue texto, fue huir, dijo el niño y huyó.
No fue texto, fue cábala, dijo el niño pronunciando las letras imposibles, ¿qué palabra, el cielo?
Éramos tan frágiles que pudimos desaparecer. Nunca nadie lo supo: invisibles: mutables:
telas de araña en medio de la habitación: vueltos polvo sobre el barniz: vueltos salitre
sobre el círculo del gusano. Gusano mío que me nombras, dime qué hay detrás.
Dime qué hay detrás, pequeño carnívoro rescatado del jurásico: tengo hambre: tengo sed:
tengo una palabra parecida al alimento: cereales considerados nulidad por la sombra.
Granos denominados terror por espantapájaros, discurso de hambruna capaz de volar:
golondrina de níquel, encendida en la noche: alcatraz de carbón, ardiendo en la geometría:
yo me llamo geometría. La matemática del siglo resuelta en un muerto. Yo me llamo Muerto.
Yo me llamo Desaparecido. ¿Y Usted? ¿Y Usted? Dígame, ¿hay detrás?: pequeño galápago
que te llamas Hora. No me llamo Hora ni guardo un reloj en la niña de la lengua. ¿Ves mi lengua
construida en la espesura? Una gramática de hojas no llamada Bosque. No la circuncisión
de una palabra extendida en la humedad del verde: ahora puedo nombrar: ahora puedo ir
con un cascabel en la boca para ser reconocida. Te dirán niña muerta, enterrada en su enagua.
Te dirán niño débil: mariposa tatuada en un filo de hoz. Te dirán luciérnaga. Te dirán sinuoso
armadillo y víbora. Tu madriguera es palabra y tu palabra es casa, ¿si no hay puerta, qué hay?
Robado al canto, robado al terror de cruzar la avenida: yo me llamo Avenida: hay Norte y Sur.
Un Norte como Usted tiene dientes de loco: por lo tanto no es: pero un Sur como Usted,
un poema similar al camaleón de las espinas: por lo tanto no es: leche cayendo en los ojos, pátina
de agua sobre la mejilla, si matas. Ladrón, ¿es que fuiste asesino? Pon orden. Pon mi ojo
de vidrio en su lugar. Pone mi pata de palo en su lugar. Pone mi costilla en su lugar: mi boca
hace tiempo repleta de gorgojos y orugas. Alas de mosca, no difíciles de entender: qué dirán de mí.
Qué dirán de mí, niños resueltos en el fuel de las calles. Yo no digo nada, nada: no tema.
No tema, porque yo he perdido mi aguijón: ¿no se llamaba paraguas?: y fíjese Usted, ¡cómo voy mojado!
Tendido como ropa, en el cable telefónico: arlequín equilibrista entre política y belleza. Dime: ¿estás
enterado de mi nombre?: ¿es que tienes nombre, fulano contrahecho, mitad hombre, mitad aire?
Yo me llamo Poliedro de Ecuaciones Oscuras: el alquimista corrige la cantidad de mercurio:
su sabiduría no es más que el lenguaje de Dios. Usted encuentra un gusano: le saluda: oh, gusano,
que eres la sierpe nacida de los hombres. Usted encuentra una sierpe: le saluda: oh, sierpe,
que con tu falo desvirgas el valor de los ángeles. Antes fui como tú. Yo también comí
el rostro helado de la luna: nombrada Arte la luna: hostia regada con el formol de los muertos.
Se llamaba píldora, metadona de Dios transfigurada en materia: yo me llamo Hombre:
qué bien: qué bien: yo me llamo Mujer: pongo un lirio en mi pecho: pongo un sestercio
en la jeta de un pez. Calles necesarias para las pescaderías nocturnas. Una jeta de pez
es el universo que nombro. Uno dentro de él, le reclama pez mío, ¿no seré un hijo tuyo?
Drogadictos celestes, llamados pescadores, crúcenme el paladar porque estoy hablando.
------Creo que el dibujo ya lo había subido, no estoy seguro; éste es un detalle que no sé si le viene al poema. Es Dylan Thomas, el gato, jugando con unas ballenas. Noticia de hace días: un ataque xenófobo a una inmigrante ecuatoriana en un vagón del metro de Barcelona. El agresor no soltaba el teléfono móvil, mientras le pegaba a la pasajera con patadas en la cara diciéndole "zorra inmigrante de mierda". Ver el poema que nace, rabioso de esto, aquí.