Tuesday, September 05, 2006

Tienes que escribir con la mano seca: la arena se enternece y llora –seca–
tu mano crujiendo. Vacía es seca –suele el vacío mutar en sí mismo: le salen dos
labios –velos, alas de polilla chamuscada en la lámpara– se estiran para chupar
la humedad –oh, Aire: la humedad pregunta, ¿cuánto vale la sed? El dolor de cabeza
es dolor de nudillos. Huesos transparentes: mutación en vaso, cuasar negro que chupa
lo que se acerca al borde: no salen palabras porque se las come el negro,
no sale el dolor porque se lo come el negro. La arena se enternece. Llora al ver
la definición de desierto: llora y se vuelve a llenar de tinta. Sangre, dice
la analogía de los solos: detén las analogías, escribir es mear. Tienes que sacar
la humedad del esqueleto –de las hojas, su fermento– un respiro. Caminábamos
por la acera y pillaste, ¿qué? Una columna, ¿qué? Un pilar: termitas: bocas
de bichos comiendo –el pan era verde: antes hubo una hoja. Tu mano la mira
y dice: hoja –no logra parecérsele. Y ves que te chupan. Una mano te arrastra
al hueco de sí: tu negro de manos no puede contra el hueco. Y ves que te chupan.
Con lo invisible escribes: di-fu-mi-na-do. Las letras son blancas. Tienes que escribir
con la mano seca: ves tu país y te dice: seca. Son claros los dientes; el vacío es negro.
Raspo el vacío con mi colmillo de drácula. De la herida un gusano se asoma: luz,
pronuncia: luz. Y volteas los ojos –no miras con negro sino miras con blanco.
El color de la sal adentro del salero, pero en sopa de letras –te comen los ojos–
echa sal en la nieve y desaparecerá. Blanco contra blanco, pero se trata de agua.
Mi mano seca mutila una mano mojada. Con una estrella negra en su centro,
cuando termines de escribir dime qué ves. Dice: ¿qué no hay? Unos labios de lija
se acercan al vaso: beben el negro pero se llenan de arena. Eso fue lo que vi,
le dije a la mano. La ciudad era un puño y parecía una letra intentando abrirse.

PD: Poema mío del libro La Palabra Rabia . El dibujo es otro ensayo de Diversas Formas de ser Jonás.

4 comments:

Anonymous said...

Es un libro magnífico.
Pedro, tío, ese libro es cojonudo, tú lo sabes, te leo como si rezase un rosario.

Bruno Battaglia said...

que ganas de eler ese libro :)

saludos desde el otro lado del charco

L.M. said...

El poema es muy interesante. Ya conocía algunos textos del libro en una página donde Quique Falcón le escribe unas líneas.
Ese torrente lírico, ese río de palabras que uno encuentra en los versos de Héctor y en los tuyos, es respetable.

saludos

Sabha said...

Querido Pedro
Me podrias enviar algunos poemas para publicar en la web de Plagio.
Besos