Friday, October 16, 2009

Venimos llegando de Berlín. Hace tiempo veníamos ahorrando para permitirnos un viajecito -ya que siempre nuestro bolsillo está escaso- lo que significó, en la práctica, algunos veranos enteros sin salir de casa, mirando la gente pasar, sólo moviéndonos por los alrededores. Menos mal que Valencia tiene playa. Finalmente, aprovechando la ocasión de que un amigo que ya conocía la capital alemana iba a competir -nadador él- y hacerse de algunas medallas, pues nos arrimamos al buque y nos fuimos 4 días. Impresiones generales: la oscuridad nocturna en las calles, por la política de ahorro de energía. Me pareció genial. La gente que bebe cerveza tranquilamente por las calles y en el metro. Los perros de compañía que pueden ingresar al mismo, así como al interior de los bares y tiendas. ¡La cantidad de jardines, lagunas y parques frondosos! Es lo que más me gustó, sobre todo porque estamos en otoño, y todo está amarillo y rojo. Hay carril bici en todas las calles, maravilloso. Se constata la evidencia expresa de que es una capital re-construida. Todo es relativamente "nuevo"o retocado. En general nos pareció barato. Todo el mundo te habla en inglés, lo que nos ayudó bastante la comunicación. Todavía se observa una estética arquitectónica y espacial austera, funcional, heredada o influenciada por la situación política y social antes de la caída del muro. Por cierto, hay trozos de muro falsos que se venden como suvenirs en todas las tiendas de turistas, pintaditos con mucho esmero. Me re-encontré con la poeta Alejandra del Río, compatriota mía pero residente allí ya hace bastantes años, quien me regaló su libro Material Mente Diario (poemas maravillosos y aprovecho la ocasión para subir alguno). Mensaje para Ale: lamento que nuestra segunda cita no haya sucedido por el complot involuntario del timbre del departamento que alquilamos... ¡¡que no funcionaba!! Nos enteramos cuando mi querida poeta se regresó a su casa, cansada de apretarlo, y nosotros, al interior, arreglando las cosas para recibirla. Lástima. En fin: fue un viaje precioso, otoñal, frío, y también necesario. Aquí les dejo un poema de mi amiga:

1º Básico

Para Sandra


En mi cueva tengo espacio suficiente para mi oso y el oso de mi hijo.

Bebemos agua
soplamos la avena del otro
dictamos clases magistrales acerca del destino de las especies

Cuando nos visita el niño vietnamita
la cueva se impregna de gengibre
las enredaderas se abren al exterior

Una vida normal
interrumpida este otoño por la socialización

Ahora sé que mi deber es salvar la rama y la semilla
prepararlo para la escuela

Le cosí al bolsillo las palabras que hace tiempo me ayudaron
le colgué al cuello el amuleto del garfio de velociraptor
y lo mandé con una bolsa para guardar descubrimientos
con la esperanza de que a la vuelta
comparta conmigo la leche del mundo
el lugar secreto de su experiencia.

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Pd. En la foto, Manuel y yo, en la parte oriental de Berlín, él al lado de Marx y yo, de Engels. Así nos va, jejeje.

2 comments:

carmen beltrán falces said...

qué bien ver que estáis bien!!!

berlín es una gozada, la verdad

muchos besos para los dos

Alejandra del Río said...

oye, los compañeros en la mejor compañía! me encanta la foto...es un milagro que aún no hayan sacado ese monumento, a Lenin ya lo borraron del mapa pero como éstos eran alemanes no será tan fácil eludir esa parte de la historia...

no te disculpes más, Pedro, ya nos estamos viendo por ahí

besitos y saludos a Manuel