
Una joyita de carta, aparecida en el Diario Autral, de la ciudad de Valdivia, Chile:
"Cine Gay
Señora directora:
Como mamá y cristiana estoy muy agradecida de poder vivir con mi familia en esta hermosa ciudad. Por ello quiero expresar aquí mi más profunda decepción porque los días 23, 24 y 25 de marzo se va a realizar el "primer. Ciclo de Cine Gay - Lésbico de Valdivia".
Todos anhelamos hogares bien constituidos y un ambiente sano para nuestros hijos. Dios nos creó como hombres y mujeres, no como homosexuales.
¿Cómo es entonces posible que le presentemos a nuestros hijos semejante aberración como una actividad cultural?
Al hablar de un "primer. Ciclo" concluyo que pretenden repetir esta actividad y eso es más preocupante aún. Lamentablemente los organizadores sólo se identifican como "Closet Producciones", institución desconocida para mí...
Sigilosamente se van introduciendo este tipo de cosas. La gente primero no les da importancia y luego se va acostumbrando a ellas hasta aceptarlas como "normales". Una vez establecidas son muy difíciles de erradicar y la homosexualidad es y seguirá siendo siempre inmoral.
Por eso hay que dar ahora una clara señal de repudio frente a esta actividad:
¡No a la homosexualidad pública en nuestra ciudad!
Mi rechazo va dirigido al ciclo de cine homosexual, no a las personas homosexuales. A ellas tenemos que ayudarles como lo hacemos con cualquier otra persona, pero de ninguna manera exhibiendo su equivocación.
Yo deseo vivir en un entorno social basado en valores cristianos.
Sigrid Nielsen Gildemeister"
-------------------------------------
Espero, por otra parte, que publiquen en el diario mi contestación:
Señora directora:
Creo que la que se equivoca es Sigrid Nielsen Gildemeister en su carta: el hecho de ser “mamá” y ser “cristiana” no significa que tenga garantía moral para atacar el Primer Ciclo de Cine Gay Lésbico de Valdivia. Existen muchos “papás” y “mamás” que, no sólo en Chile, ejercen como tales y sin que su condición de homosexuales o lesbianas influyan negativamente en la educación y desarrollo de sus hijos, naturales y adoptados. De más está decir que también los hay cristianos. Es por eso que en algunos países –España, Canadá, Bélgica, Francia, Alemania e Inglaterra– ya se les reconoce legalmente, como sujetos y como familias, lo que pone de manifiesto un proceso de integración y de igualdad de derechos que históricamente se les ha negado, y que aún no finaliza.
Al menos, Nielsen nos deja en claro que su concepto de aberración está relacionado con una cosa de Fe y no con la realidad de muchas y muchos hoy en día en Chile que luchan por su reconocimiento e integración. Su argumento tiene el mismo origen del que hasta hace un tiempo consideraba imposible e ilegítimo que una mujer –separada y agnóstica– pudiera optar y llegar a la Preside

ncia de la República.
Tiene mucho miedo, y creo que su problema es ése. Teme esos movimientos “sigilosos”, como asegura, porque de alguna manera la desestructuran. Trastocan su propia y protegida normalidad. No la del resto. En definitiva, se trata del mismo miedo de quienes a lo largo de los años han erradicado del escenario público y de lo visible a las mujeres, a las minorías étnicas y a los pobres. Quizás deba preguntarse si en realidad es ética y cristiana su propia postura a favor de la exclusión. No me gustaría saber los métodos que usaría para exhorcizar lo que ella considera una inmoralidad dado el caso que efectivamente se instaurara. Espero que no sean golpes de estado ni campos de concentración.
Pedro Montealegre Latorre.
Periodista, escritor
doctor © en Lengua y Literatura Hispánicas.
----------------------------
Pd: - La primera Foto, afiche del Ciclo, fue obtenida gracias a Mauro, cuyo Blog está en mis links.
-La Segunda, pertenece a un dibujo de Günter Brus, publicada por Guillermo Cano, en su blog Miaus en los Tejados. También está en mis links. Creo que el dibujo metaforiza muy bien esos miedos.