Monday, May 29, 2006

Instantánea de la terraza: antenas y alambres que las sujetan. Muros blancos. Otras terrazas. Muchos ángulos. Hace calor. Dylan Thomas, el gato, está amodorrado debajo de las buganvillas. Juega con las flores secas que se acumulan bajo la maceta. No me hace caso. Otra foto, burdamente manipulada en lugares donde he fijado no sé porqué la atención. Una escritora del sur de Chile le encantaba imaginar equilibristas entre esos alambres y perpetraba grafitis diciendo cosas como que la muerte es azul, no sé si recuerdo bien. Leo ahora una serie de ensayos sobre Gramsci, un libro de poemas de Henrik Nordbrandt, y repaso para un artículo a Pierre Bourdieu. El fin de semana ha sido caluroso, familiar, amistoso. Me duele la guata (la barriga le llaman aquí). Hemos tenido que pagar Hacienda y nos han cobrado por el asunto del piso un poco más. Toca amarrar un poco el cinturón. Nos quedaremos el verano aquí, aunque en Julio iré con Manuel al encuentro de poesía Voces del Extremo (Poesía y Vida), en Moguer. Noticia que leo en el diario. Es de las que te hacen temblar: ha salido un videojuego en USA donde las tropas yankis tienen que invadir Venezuela. Al final es verdad que el mundo lentamente se está transformando en una consola donde sólo unos pocos aprietan los botones. Ha muerto Micifú, el primo de Dylan Thomas, de Guille Cano. Que el Gran Gato que juega con los ratones del cielo, se haga cargo de sus bigotes, de su hociquillo curioso de olores e intensidades: que las sardinas luminosas que son las estrellas no le sean esquivas, y que los cometas tracen hilos con los que pueda jugar. Micifú, R.I.P.

2 comments:

Gabriel Crespo said...

PRIMERO:
Pedro: te luciste con lo expuesto en mis comments. Gracias, y de verdad te digo que me emocionó leerte por la certeza quirúrgica de tus afirmaciones, por la ironia sobria (si es que cabe ese antagonismo) y por el modo desenvuelto y desenfadado de tu escribir (que parece hablar y eso es un don).
Lo de “apagado” fue casi poético, “él no cena ni baila”.
SEGUNDO:
Ese libro de Gramsci se ve potente, yo leí fragmentos para una clase de derecho laboral con respecto a los primeros movimientos obreros y los grupos anarquistas.
TERCERO:
Gran nombre para el gato. Que pena que murió su primo.
Yo tengo un pez y lo he criado durante todo el año. A pesar de los pocos cuidados que requiere me ha costado trabajo. Ahora en el verano no se que voy a hacer con él. Hace poco soñé que lo soltaba a orillas del Río Tormes pero seguro que muere por la contaminación o es devorado por un mutante.
CUARTO:
Tengo una fijación con la fotografía de los paisajes urbanos, por su lado íntimo, por la desnudez que esconden los edificios detrás de sus fachadas, los tejados, las terrazas de baldosas rotas, los callejones sin salida. He fotografiado durante mis 4 años de estadía varios conceptos de lo que entiendo por “Pop Modernidad”, presisamente ese es el nombre que le he puesto al folder donde incluyo mis fotos. Abundan las antenas, las cámaras de seguridad (un trauma gestado a raíz de mi lectura del Vigilar y Castigar de Foucault) cables de luz y teléfono, graffiti, y toda manifestación urbana disonante con la armonía gris de las ciudades occidentales. Mi foto favorita: Un carro tuneado azul eléctrico delante de un muro de ladrillo corroido por el tiempo y el linchen. La fachada se descascara cediendo paso a la hiedra y las lianas. Hay una puerta o lo que alguna vez supuso serlo que está cubierta con maderas cruzadas que dejan entrever una selva creciendo dentro. Los pocos vidrios que quedan están rotos en un balcon que se asemeja a una interpretación italiana de la Bauhaus. Un contraste hermoso y horroroso fotografiado en Roma, en el barrio Trastevere en el año 2004.
QUINTO:
Yo vivía en las afueras de Quito, donde empezaba a olerse el campo en lugar del smog. Mi casa tenía jardín y mi cuarto daba a una enorme buganvilla que yo mismo sembré hace unos 9 años. Al escribir esto me siento un niño y un hombre porque decir “hace 9 años” me pesa pero me hace conciente de que recordar es revivir. Incluso puedo sentir ahora con el calor de esta noche el aire de mi jardin y a mi perro Filipo. Una tarde soleada, regando las plantas, escuchando el Animals de Pink Floyd a todo volumen con la puerta de mi cuarto abierta.
SEXTO:
La enumeración es el vicio de los retrógrados profesores de derecho. Yo suspendo por no saber memorizar. En la primaria cuando por el día de la madre nos enseñaban a recitar un poema de memoria con palabras que yo ni siquiera conocía me di cuenta de que la academia muchas veces es una falsa pretensión, una farsa pedante.
SEPTIMO:
Hoy me regalaron un libro de Paul Auster. La Noche del Oráculo. Una amiga me hizo muy feliz. Hablamos de la política chantajista yanki y de los atrtopellos a la soberanía de los estados y de una obra de Beckett, Esperando a Godot, que vi hace poco en Madrid.
OCTAVO:
Me he extendido demasiado, dudé si postear esto, recortarlo o hacer alguna otra cosa con este texto, pero esa es la magia voyeurista del blog, exponerse en un mundo ajeno incluso a costa de que los “anónimos” urgen con malas intenciones, sin crítica constructiva, sin nada que aportar. Me rehúso a bloquear los insultos o agresiones, bien o mal son parte de la libre expresión.

Anonymous said...

Pedro: No puedes dejar de comentar, tal vez en una "edición especial" el levantamiento de los estudiantes secundarios chilenos, primero por cosa bien puntuales, "el pasajes escolar gratuito" y que se ha ido extendiendo a protestar por el derecho a una educación digna y más igualitaria. Sólo los alumnos de colegios privados tienen derecho a la universidad, lo que es sólo un reflejo del desatado neoliberalismo de la economía nacional que ha terminado por hacer a los pobres más pobres y a los ricos más ricos en éste país donde los presidentes socialistan dialogan con los empresarios antes de poner una ley. Pedro, tu como periodista debes saber que tus coelgas fueron brutalmente ultrajados por los pacos ( la policía) bajo un régimen democrático, que los carabineros se ensañan pateando a niñas de 15 años
y que la revuelta ha dejado de ser parte de los colegios Municipalizados - herencia de Pinochet- que dejó este forado en la educación chilena, para alcanzar a los estudiantes universitarios y los estudiantes de colegios privados. La desigualdad y la falta de oportunidades en éste país son asombrosas y más ahora con un superhabit en la balanza, producto de los precios altos del cobre.

Leo