Friday, December 01, 2006

Es un gato feroz. Me tiene la mano en carne viva por sus continuos ataques sorpresivos y despiadadas venganzas. Dylan Thomas es el pariente contemporáneo del velocirraptor del cretácico. Tiene unas uñas afiladas (esas de los lados, las que están más arriba, son especialmente mortíferas) que se clavan desagradecidas en la misma mano que le da de comer, lo mismo que sus dientes de vampiro. A veces jugamos al kung fu. Me armo de dos espaguetis sin cocer, como dos espadas afiladas, y le doy suaves golpecillos en las garras o en la cabeza, o imito el sonido de insectos raspándolos contra la pata de la mesa, y me contesta enfurecido con la técnica de gato-borracho, con la técnica del gato-mono, o el gato-araña. Su triunfo es cuando logra partir las dos espadas y hacerlas pedazos (a veces tengo que ser más rápido para evitar que se las coma). Yo nunca gano. Qué días. Estoy, por otra parte, matriculado ya hace un mes en la Escuela Oficial de idiomas, en primer año de lengua valenciana (sería más apropiado decir catalán, pero aquí existe una pugna ideológica de quienes -la derecha- pretenden diferenciarla y de quienes -de izquierdas- no la diferencian). Me empujan dos razones: la primera, aprender una lengua que me permitirá comunicarme con muchos catalanoparlantes y leer excelente poesía escrita por ejemplo por Joan Brossa, Marc Granell, Vicent Andrés Estellés, Pere Gimferrer, Maria Mercé Marçal, etc. La segunda, porque tener un título de "valenciano" proporciona puntos en vista de enfrentarse a un concurso oposición para ingresar a funcionariados (me interesan los de educación o periodismo). Ya veremos qué pasa. Por otro lado, aún no me dan noticias de la homologación de mi título, y ya he terminado la fase docente de mi doctorado, y ahora, preparo la tesina previa a la tesis, cuya primera versión para corregir debo entregar después de semana santa del año que viene. Mañana con Manuel estamos de aniversario. Cumplimos un año de matrimonio (casi al inicio de este blog). Cada día amo más a este chico y estoy planeando el regalo que le daré. Qué nervios. Pronto subiré poemas del Hijo de Todos. Mientras tanto Dylan Thomas, el predador carnívoro, duerme y afuera podan los árboles de la calle.

4 comments:

Javier Herce said...

Sólo los que tenemos gatos sabemos lo que se disfruta de ellos, aunque sean tan egoistas.

Por cierto, enhorabuena por vuestro aniversario!!!!!!!!!!

Pedro Montealegre said...

Hey, javier, me he enterado que has publicado tu primera novela. Ya me muero por leerla, campeón. Un abrazo. Ah, y no te fíes nunca de los gatos, sobre todo si también son poetas.

Pedro Montealegre said...

Es verdad, pregúntale a Baudelaire, el poeta francés.

Gabriel Crespo said...

Pedro, hay un impostor q escribe bajo mi nombre. Si ves algo sospechoso comprueba haciendo clik en el link. Ese coment de las gatas no lo hice yo, lo hizo el impostor. Es una larga historia q está explicada en mi blog, ecribi sobre ello hoy en la manana. Ahi indico como comprobar mi identidad. Ya estoy tomando cartas en el asunto para denunciar al perdedor q me está incordiando.

Saludos

Gabriel